En
muchas ocasiones se necesita almacenar o enviar un archivo con cualquier tipo
de formato o cuya capacidad es excesiva. Si alojamos el archivo en los
servicios vistos en la práctica anterior, estamos permitiendo que dichas páginas
aprovechen nuestro trabajo en su beneficio y les cedemos parte de nuestros
derechos como autores de los archivos.
En estos casos es necesario contar con
un alojamiento de archivos gratuito, es decir, un
disco duro virtual o en la nube. La utilización del alojamiento en la nube nos
permite el acceso desde cualquier ordenador conectado a Internet, pero en
muchos casos solo nos permite la edición y el trabajo online en los formatos
más habituales. Esta función la cubren las aplicaciones ofimáticas online como Google Docs y Windows Live Skydrive (Microsoft).